Entre el aplauso y la ignominia: la difícil desición del PVEM en Cacahoatán

Autor: EnSUMA »10:02:00 p.m. »Sin comentarios


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Un pueblo que elige a gobernantes corruptos no es víctima, es cómplice/Dicho popular.

A pesar de que el Partido Verde se ha esforzado en promover una imagen cercana a la juventud y en Chiapas Manuel Velasco ostenta el título del Gobernador más joven de México, mandatario, por cierto, surgido de las filas de ese instituto político; hoy en Cacahoatán el partido del tucán al parecer cederá su candidatura a un proyecto que no representa a la juventud del municipio, ni está en el ánimo de la población: y es que este fin de semana, tras la reciente noticia de que Carlos Enrique Álvarez Morales no iba, Carlos Moreno Mérida “Yayo”, quien es hijo político de Jesús Arnulfo Castillo Milla (dos veces huésped del Amate por desvío de recursos públicos) será encumbrado como Presidente de dicho partido en la Villa de las Hortensias. 

Y digo no representa, porque a pesar de que Moreno Mérida es físicamente joven, se ve envuelto en un aura vetusta y pestilente conferida por haberse prestado a las viejas artimañas políticas de la coacción del voto a través de programas de gobierno como “Canasta  Básica” (que presume en su perfil de Facebook); su campaña anticipada (incurriendo en un grave delito electoral) de “Ya Yo voy…” siendo todavía funcionario de Gobierno; El agandalle de programas públicos y todo recurso de Gobierno para poder llegar —seguido del séquito de truhanes que en la campaña pasada desestabilizaron el orden público en este tranquilo municipio—, a la Presidencia Municipal este 2015.

A todo esto se le suma que en la elección anterior, y tras un intento desesperado de mantenerse en el poder, Castillo Milla lo impuso (a Yayo) como candidato del Partido Acción Nacional (PAN) a la silla presidencial, tratando de engañar a la población con la idea de un candidato “joven y nuevo” para poder enquistarse en el poder municipal, más el electorado de Cacahoatán le mostró su repudio en las urnas con más de 9 mil votos que los desprendieron del poder. 


¿El ascenso de Yayo es porque no existe otra opción viable para el Partido Verde en Cacahoatán?, no. Y es que al margen de un cargo público, los programas de gobierno, y las clásicas mañas de los políticos para imponerse en la mente (que no en el gusto) del electorado, Victor Pérez Saldaña; ingeniero agrónomo por la UNACH, empresario en el sector restaurantero, y verdadero militante del PVEM de hace años, se perfila como una (la única) opción saludable y honesta para encabezar los destinos de los verdes frente a los próximos comicios municipales.
El argumento más usado contra su virtual candidatura es: “no tiene estructura o gente que lo siga”, más el miércoles pasado el carismático Víctor encabezó un recibimiento a Enrique Zamora Morlet que convocó a más de mil almas que acudieron, por mera simpatía a su proyecto, al sonado evento e hizo temblar el tablero del ajedrez político del Partido Verde en Cacahoatán. 

Los viejos mastodontes de la política local escupen sentencias: “No se va a poder” “Ya está decidido por el de arriba” “A qué le tiras si no tienes estructura” “Esto así es, alíneate” etc., pero esos son, precisamente, los argumentos que usaban, hace algunos años —cuando Manuel Velasco no era más que un joven y escuálido diputado plurinominal con inquietudes—, aquéllos que entonces ostentaban el poder y que ingenuamente pensaron que un joven con voluntad de cambio no podía formar un proyecto ganador y diferente que cambiara las reglas del juego en la política chiapaneca y fuera punta de lanza para la transformación del Estado, ¿qué dirán ahora los insulsos?  

Pero es que dichos proyectos se consuman y hacen ganadores cuando hay en el ánimo del electorado un grito ahogado de cambio y un actor político joven y honesto se encarga de darle voz a esa dispersa multitud que ya no se siente representada por los mismos corruptos de siempre. No hace falta demasiado olfato político para percatarse de que, hoy en día, es Víctor Pérez Saldaña quien se está encargando de aglutinar esa multitud dispersa en una sola y fuerte voz: ¡Vamos Por Soluciones! Y un fuerte indicador (aunque el único) de ello son las redes sociales, donde el joven empresario ha hecho una verdadera “revolución social”. 

Craso error sería el del PVEM al imponer en su candidatura a un personaje (seguido únicamente por su hermético y petulante grupúsculo) que va de aquí para allá, como cánido hambriento, guiado únicamente por su deseo insaciable de poder, y que, dicho sea de paso, arremetió con odio desmesurado contra la campaña política del actual Gobernador de Chiapas en Cacahoatán, en este abyecto escenario para por verdes la lectura sería fácil para la ciudadanía cacahoateca, si es que la bajeza se consuma: “delinque y vencerás”. 


Además con la arbitraria imposición de “Yayo” como su candidato, el PVEM imitaría las viejas artimañas autoritarias de los partidos hegemónicos, volviéndose, súbitamente, el enemigo a vencer para todas esas voces ahogadas que anhelan un cambio verdadero, y no sólo de color, en la arcaica manera de hacer política en nuestro municipio.  

Porque el enemigo de Cacahoatán no es un partido, ni un color; sino aquéllos que ya tuvieron la oportunidad de gobernar y dejaron vacías las arcas municipales, los que arremetieron contra el trasporte organizado "cristaleando" sus unidades de trabajo, aquéllos mismos que quemaron, con indecible odio, la propaganda de un joven verde que soñaba con ser Gobernador, y hoy pretenden volver disimulando su deleznable trayectoria bajo un burdo maquillaje de tono verdusco, como si nada hubiera pasado, para llevarnos de nuevo al caos y la ingobernabilidad. Sin duda el Partido Verde tiene una difícil decisión que tomar: el aplauso o la ignominia, y es de todos sabido, qué actores políticos promueven tales escenarios en Cacahoatán.
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