#CentenarioAlquimista

Autor: EnSUMA »9:05:00 a.m. »Sin comentarios


Tribulaciones por un joven dinosaurio
(poema alquimista)
A mi estimado amigo Ramón Rosemberg Mancilla,
Gran poeta devorado por el periodismo,
Uno de los primeros poetas “alquimistas”
En introducir el vanguardismo poético en Chipas
De 1940 a 1994.
Damas y caballeros:
les presento al joven dinosaurio el 26 de agosto.

Saluda… Así… Ahora, brinca… enséñales la pata de pescado.
Ponte el frac de merolico y la cresta de roja cacatúa.
Camina en zancos.
Cloc… cloc… cloc…

¡Eres tan ave, tan eléctrico, tan lancha!
Un… dos… un… dos…

Mira, aquí hay un niño floreciendo, famélico, quemado.
No lo despiertes que se le hizo tarde.
¡Resopla con tus fuelles!… ¡Gira la lengua!... ¡Enséñales las nalgas!...
No rías con tus cinco relojes descompuestos;
Deja crecer la química de las rosas;
Dobla bien esa pata de trirreme;
Cosúmete igual que los ocotes heridos contra el viento.

—Lo sé pero baila porque el muelle, la máscara y el ángel.
—¿Si?
—Pues ¡Marchen!
Fuma esta flor que te ofrecen los dedos de la espuma, sonrosados;
fúmala, para que no te olvides de la lluvia.
Ayarecí con la luna en la boca tostándose igual que los cangrejos
Y el radio proclamó el descubrimiento de una mina de pulpos amaestrados.

Tienes la culpa de que arrastres contra el viento tus hígados
Çde azúcar las palomas;
Y dicen que le cortaste las plumas de celofán azul a la tortuga
Que quedó como semilla, revolviéndose, gritando.
Niño con alas de azucena ¿Por qué te fuiste a dormir entre los cerdos?
¡Vidrio!...

¿No escuchas lo que dicen las lenguas del agua en el vientre
De los cántaros, hermoso dinosaurio?
Ponte las alas de tierra deis sueños.
Préstame la flauta que también estoy borracho;
Aún recuerdo la semilla de un barco reventado y desde.

¿Por qué no crece la flor que estaba enredada en los violines?
Se oxidó con tu saliva y por eso es que en los parques
juegan con el eco de tus tripas calcinadas.

Decidme niños:
¿A dónde va esa manada de putas hambrientas, rebuznando?
No lo sé porque tengo espinas doradas en los ojos.
Aunque podría saberlo:
¡Úrsula, desnúdala y ulúlala!...

Siembra tu pata en medio de la escuela y que florezca;
Que rezumben las uñas en los trompos.
Cloc… cloc… cloc…
Mejor ponte a suspirar la mandolina.
¿Dónde estarán las mariposas que de niño perseguí jugado?

—¿Qué?
—No señor; este teléfono es privado. Aquí sólo yo y mi dinosaurio.
—Me indigesté comiendo momias con crema en Oceanía
—Sí, señor…
—¡Envido!
—¡Sota de copas y el rentoy parado!
—¡Firmes!
Los tambores y cornetas atruenan con la marcha dragona.


Siémbrate, revuélcate y anúdate,
Pero no volverás a robarme mis peces de petróleo;
Mis camellos con mares anudados;
Mis arañas de nieve anaranjada;
Mis libñelulas de oxígeno;
Mis tapires con zumo de cobre lloviznando.

¡Cúshila de aquí, porque siempre serás tan imbécil como flor desnuda!
Vete a jugar con la ronda de niños que cantan en la playa;
va clavar el otoño con mi líquenes.

¿Lloras, apestoso borracho?
Sí, ya sé tu historia, la de siempre: “Este era un rey… ¡Estupideces!...”
Vete a darle coces al espejo. ¡Suéltalo!...

Alza la pata, agáchate, camina.
Cloc… cloc… cloc…
Dí: muy buenas noches, caballeros.
¡Perdón queridos niños:

el sucio dinosaurio está orinando! 

Armando Duvalier, nace en Echegaray, municipio de Pijijiapan, Chiapas el 26 de agosto de 1914. Es ensayista, narrador y poeta; introdujo la poesía japonesa (haikú), poesía negra y la vanguardia Alquimismo en Chiapas.Es consierado uno de los 4 pilares de la poesía Chiapaneca.


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