Desde mi trinchera

La leyenda de La “Cocha” Desenfrenada en Cacahoatán.

Diego Victorio

En la actual política existe mucha gente que no conoce los límites, ni la vergüenza, son guiados por el cinismo y la mezquindad, en ese tenor se mueve el actual diputado local de Cacahoatán, Carlos Enrique Álvarez Morales la “Cocha”, quién espanta con el petate del muerto.

La “Tongolele” como lo llaman en las cúpulas de la política callejera, cree que todo se lo merece, pregona a los cuatro vientos que Fernando Castellanos Cal y Mayor está obligado a brindarle la candidatura a la presidencia municipal, pues el gobernador Manuel Velasco Coello, le debe un par de favores.

Se jacta y piensa que el aparato gubernamental está en deuda con él y por esa influencia, cree que están obligados a dar cumplimiento a sus caprichos. Como si no constara en la historia que trae tremenda cola delictiva. Desde los desvíos de los recursos de Stan y su contubernio con una red delictiva de asaltantes.

Desde su arribo como diputado suplente, Carlos Enrique Álvarez Morales solamente se ha dedicado a promocionar su imagen desgastada, se le conoce y reconoce como un político cavernario, aporreado, voraz y carroñero.

Como legislador no se le conoce ni una acción en favor de sus gobernados, solo se ha dedicado a recorrer los ejidos y colonias con miras futuristas y de aspiración a la alcaldía. Es un político de chipo, ya carente de credibilidad. Que deja ver en sus discursos de saliva, su avidez por seguir sangrando al pueblo, amamantándose de la teta presupuestal de la Villa de las Hortensias.

Cacahoatán necesita de un político de cepa, que tenga arraigo y preparación, que sea hombre de compromisos con la gente, que trabaje a ras de suelo, con visión y talento. Cacahoatán, no necesita una cocha desencadenada, que brinca como cabra de corral.

La “Cocha” Álvarez no cuida ni las formas, ni las fachas. Pregona tener dinero para comprar voluntades, desafía al gobierno estatal en turno y le falta el respeto a la ciudadanía. Ya cree que el ser diputado de chiripa y pichurriento, le servirá para que la cúpula del PVEM le conceda la candidatura.  

En fin, ahí que lo vean. Lo increíble es ver cómo se las gasta este diputado de pacotilla, armando mítines de saliva y bombo, regalando ropa de paca y creando una política según el ambientalista, mandando a sus esbirros a sembrar árboles dizque pa´ reforestar Cacahoatán. ¡Y su nieve de que la quiere! ¡Pues de limón!