Un hombre que cae está enfermo de gravedad.

Autor: EnSUMA »8:26:00 p.m. »Sin comentarios
Entrevista con el Poeta Eduardo Hidalgo

Por: Ameht Rivera

                              Eduardo Hidalgo y Liliana Velásquez, foto por: Fausto Carámbura 

Vagando por La Red, me encontré con el saludo del poeta Eduardo Hidalgo, con quien he compartido (además de libros y lecturas), unos buenos momentos de bohemia; recuerdo que una noche, durante la edición 2013 del Festival Mesoamericano de Poesía (FMP), sentados a la banqueta de un hotel de la ciudad de Tapachula, mientras le dábamos con todo a la guitarra, en compañía (de la también poeta) costarricense Montserrath Artavia, un señor salió a callarnos aduciendo que tenía un familiar enfermo. Nos callamos sin remilgos. Quizá caímos en cuenta que no se puede ser tan feliz a esa hora y en esas circunstancias.

Comento lo anterior, pues Lalo, además de un respetado poeta, es también un guitarrista de singularísimas dotes; más no nos compete destapar ahora esa Caja de Pandora que es el corazón de Eduardo Hidalgo, corazón de espina acaso (léase huixtleco).

Cuando le increpé acerca de su editor y me espetó “CONECULTA”, de inmediato le reviré un lapidario “Tardará años ahí…”, pero, me dijo Lalo (no sin cierto aire de esperanza), ahí está Zuarth, su respuesta me trasladó un día del mes de octubre del 2013 en la Sociedad de Geografía y Estadística, donde de igual manera coincidí con el (también huixtleco y poeta) Mtro. Roberto López Moreno.

Pero, volviendo a lo anterior, decía que tuve una charla, allá en Ciudad de México, con el Mtro. Marco Antonio Orozco Zuarth durante un homenaje al prócer chiapaneco Belisario Domínguez donde me reveló que estaba a cargo de la Dirección de Publicaciones del CONECULTA, lo cual también miré con buenos ojos, y que hoy corroboro con la merecida impresión de este libro de Eduardo Hidalgo.

Luego de este largo preámbulo les comparto este cuestionario de inquietudes que amablemente contestó el Poeta Eduardo Hidalgo a colación de su nuevo libro, desde aquí mi felicitación y abrazo al poeta por ello:

AR.- Lalo, un nuevo libro, ¿qué te evoca eso?

EH.- Me revitaliza — comenta Eduardo Hidalgo — Me lleva a pensar en los encuentros con amigos y en la confluencia con otros creadores; en lo que el libro por fin, el librova a decirme, en lo que voy a saber de mí a través de él, como si hubiera sido escrito por alguien que no soy yo. Siempre me sucede eso.

AR.- Tal vez te sonará a cliché, pero (pregunta obligada), coméntanos el porqué del título...

EH.- En 1999 o quizá en 1998, que es cuando adquirí el libro durante la lectura que hacía de Diario de muerte (Enrique Lihn), me encontré con el poema (fragmento, entrada)  "Un enfermo de gravedad se masturba / para dar señales de vida". No pude evitar asociar enfermo de gravedad con caída. Pensé: alguien que cae está enfermo de gravedad. En septiembre de 1999, mientras nos dirigíamos (Ángel Luna y yo), al Pelucas, le solté la frase: "Un hombre que cae está enfermo de gravedad". Yo estaba por volar por primera vez y este hecho me tenía un poco nervioso. Recuerdo haberle preguntado a Ángel si se trataba de un verso de Huidobro, ya que por ese entonces estaba releyendo Altazor. Ése es el origen del verso. Por mucho tiempo fue sólo eso: un verso, algo que sonaba a título, a perogrullada.

AR.- Dinos, cómo está formado este libro, qué nos dice, de qué nos habla, con qué se encontrará tu lector...

EH.- El lector se encontrará con otro lector (traductor del espejo, poeta) atrapado en su deseo y lucha por crear. Hay un motivo para desear caer (o algo que motiva una caída) que no se enuncia o que no se explicita. los temas recurrentes son: la luz, la caída, la alusión a la madre, al proceso de creación literaria y a personajes de este ámbito y de otros, y el uso de frases en inglés que de alguna manera se justifican con el momento culminante de la obra en la sección Gravedad, que es la impresión personal del atentado terrorista acaecido en Nueva York el 11 de septiembre de 2001, de la caída de las Torres Gemelas y, en el poema epónimo, de la visión por medio televisivo de un hombre cayendo de una de estas torres.

AR.- Compártenos algunos versos del libro, que recuerdes.

EH.- "Soñar que te levantas y empiezas la espera / con el muñón del pie derecho"
"Abro otra vez el libro que nunca escribo y aparece tercala misma sentencia:/ Un hombre que cae está enfermo de gravedad."
"Aquí no ha pasado fiesta,/ que siga la nada"

AR.- Dinos, cómo se siente la voz poética de Eduardo Hidalgo, con respecto de las otras jóvenes voces de la poesía de Chiapas, sobre todo la de los años 80.

EH.- La voz  no es joven en el sentido del tiempo que llevo ejerciendo este quehacer; si la voz, si el tono de lo que se dice en mi poesía es fresco, eso es algo que debe decir el otro lector. Pienso en lo que me sucedió al leer por primera vez la obra de Vásquez Aguilar, la de Bañuelos.... Compartí mesa, hace poco (en  una lectura en homenaje a Pancho Álvarez), con poetas de esa generación y sus voces suenan frescas, y sus temas son tan maduros como los de mis compañeros de los 60.

AR.- Lalo, qué auguras en el futuro inmediato para la poesía, ante el renovado desdén de las nuevas generaciones por la lectura.

EH.- Los pájaros vuelan, con viento o sin él. Lo importante es que tenemos poetas. Hay que pensar en otras  maneras de difundir la poesía (y de hacerla). Audio, video, cartel, redes sociales.

AR.- Dinos, para concluir, ¿ya hay fechas para la presentación de tu nuevo libro?


EH.- Aún no, pero quiero pensar que en junio ya estaré estampando mi nombre en la primera, o segunda, o cualquier hoja que el lector (oh hermoso lector) desee.
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