MAPAMUNDI (Columna)

Las lecciones de Ucrania

Escribe: Martín Lexequías

En estos momentos estamos asistiendo al que quizás sea el episodio más delicado de la historia de la Ucrania independiente. Después de que la separatista Crimea, de mayoría étnica rusa, celebrara un referéndum auspiciado por el Kremlin, Rusia finalmente anexionó el territorio a su federación mediante la firma de un tratado de incorporación, amparada en el resultado favorable de la consulta solo pocas semanas después de haber ocupado militarmente la península.

El gobierno ucraniano, a pesar de anunciar en repetidas ocasiones que jamás aceptará perder Crimea, parece, por el contrario, asistir resignado a la pérdida del control real de su ahora ex república autónoma. Los cuarteles militares ucranianos en Crimea han sido rodeados y tomados por tropas rusas prácticamente sin disparar ni un solo tiro; lo mismo ha ocurrido con la mayor parte de la flota ucraniana que operaba en la península. Toda resistencia parece inútil ante la abrumadora superioridad militar rusa.  

Como consecuencia de los años de postración sufridos, las fuerzas armadas ucranianas no han podido intentar siquiera un simulacro de defensa del territorio nacional. La debacle económica del país también juega un papel fundamental en esta crisis, lo que hace que el gobierno transitorio de Ucrania se enfrente a una suerte de lucha en dos frentes: uno externo, contra la agresión rusa y otro interno, contra la postración económica y las disputas entre los ucranianos nacionalistas y los que están dispuestos a coquetear con Moscú.     

La anexión de Crimea nos deja una primera lección al margen de toda discusión sobre la naturaleza legal o ilegal, legítima o ilegítima del proceder del gobierno ruso: el factor militar no ha perdido importancia en las relaciones internacionales. El tamaño y el poderío de un ejército invasor todavía pueden dejar sin efecto real cualquier clase de disposición u orden que adopte el gobierno de un país invadido, por más constitucional que esta disposición pueda ser. Kiev ha disuelto el parlamento crimeo y ha declarado la ilegalidad del referéndum en un intento desesperado por evitar el separatismo de la península. De nada le ha servido.  

Por otro lado, esta anexión también nos enseña que el apoyo efectivo que los aliados de un país invadido están dispuestos a proporcionar no será decisivo si el país agresor es particularmente poderoso y obstinado. Las  protestas oficiales y las tibias sanciones diplomáticas que los Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto a Rusia, no parecen generar el menor efecto en la resolución que demuestra el gobierno de Putin. Sin duda el tamaño de las fuerzas armadas rusas y las consecuencias económicas que implicaría enfrentar a Moscú ejercen un efecto disuasorio notable. Cualquier lucha abierta contra Rusia tendría impactos negativos que los aliados de Ucrania no están dispuestos a afrontar. Estas lecciones son importantes para los interesados en el estudio de la política internacional. Nos demuestran que las formas legales no siempre son las protagonistas. Hay ocasiones en las que están condenadas a un papel subalterno, sobre todo cuando el peso de los factores económico, militar y hasta étnico es superior. 

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Martín Lexequías; es graduado en Ciencia Política por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima, Perú). Ha cursado estudios en filosofía, polemología, terrorismo y contraterrorismo, democracia, entre otros. Escritor de ficción.