Félix Enrique Juan González: Una gestión de puertas abiertas

Educación y Progreso son dos palabras que definirían muy bien lo que representan las Escuelas Normales en todo el País. Y es que desde las ciudades más grandes, hasta los municipios más pequeños y rurales, las mismas han implicado un escalafón para el desarrollo de la nación: trabajo para los maestros y profesionistas, así como oportunidades de estudio para las nuevas generaciones. Es por esta importancia, que México sigue consternado por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, 43 estudiantes y representantes del futuro de nuestro país: un número que no olvidaremos de este 2014 ni borraremos de nuestra historia.

Sin embargo, no todo es oscuridad para las Escuelas Normales de México. Entre tantas experiencias, también las hay positivas, aquellas que han influido en el progreso de la educación, de los jóvenes y de los municipios donde estas escuelas significan una oportunidad de realización para el estudiante. Es el caso de Escuela Normal “Dr. Manuel Velasco Suárez” de Huehuetán, la misma que durante los últimos 6 años ha estado a cargo del popular “Maestro Félix”, uno de los personajes más conocidos en todo el pueblo, tanto por su labor docente como por el servicio público que ha desempeñado en este municipio durante largo tiempo. Es por ello que en esta oportunidad, dedicaremos el espacio de la sección “Perfiles” a este singular maestro, un hombre que  sin duda tiene mucho que decir acerca de este municipio, el lugar que lo vio crecer a él y a sus hijos, así como vio nacer en 1975 a esta escuela normal  que ha formado generaciones y generaciones de maestros al servicio de nuestra patria. 

“Huehuetán es la casa de todos”

Nos trasladamos hasta el que representa su segundo hogar: la palapa del Maestro Félix, un lugar al que suele ir fuera de su horario laboral, y desde donde recibe las visitas de sus alumnos, amigos y vecinos más cercanos. Nos recibe sonriente e invita a pasar. Antes de entrar, ya un grupo estaba esperándolo para conversar con él, así que luego de atenderles nos recibió dispuesto a la entrevista.

Nacido en Huehuetán, el 12 de julio de 1951, Félix es el mayor de una familia de 14 hermanos, lo que le ha valido asumir la responsabilidad de padre desde temprana edad, rol que suelen desarrollar los hermanos mayores con los más chicos.  “Cuando la gente me pregunta cuántos hijos tengo, suelo decir que más de cien -dice sonriendo- porque entre mis dos hijos, mis 3 nietos, mis 13 hermanos y los cientos de jóvenes adolescentes que he formado durante más de 40 años de servicio docente en secundarias generales federalizadas y 37 años de servicio en la escuela normal, conformamos una familia bastante numerosa” Así nos lo confiesa entre risas el Maestro Félix, quien alega sentirse feliz de pertenecer a una familia humilde pero unida y vivir bajo el sol de esta gran casa, llamada Huehuetán, “la casa de todos”.

Una Casa de Puertas Abiertas

Y es que precisamente es ése el lema que representa su gestión de seis años como director de la Escuela Normal de Huehuetán: la casa de todos, una casa de puertas abiertas donde según nos comenta, recibe a padres, representantes, alumnos y empleados, todos por igual y con el trato que se le tiene a una familia.

Sobre este particular, agrega: “Hoy en día como están las cosas ser director de una Normal implica una gran responsabilidad, desempeñar tan delicado cargo, con verdadera vocación de servicio. La base estudiantil y docente hasta este momento están de acuerdo con mi liderazgo académico, que es de servicio y responsabilidad. Yo estoy y seguiré estando feliz de representar  a esta institución y a toda la comunidad normalista de Huehuetán, es un trabajo que hago con gusto porque además de ser maestro de profesión, mi vocación es la de servir” asegura.

Con 42 años de experiencia docente y 6 como director de esta Escuela Normal, el maestro Félix se ha dedicado enteramente al servicio en pro de las nuevas generaciones de Huehuetán, destacando logros importantes durante su gestión como director, entre los que se pueden mencionar: la climatización de todas las aulas, donación de un autobús nuevo para la Normal, cursos y talleres para optimizar el proceso de aprendizaje de los jóvenes, construcción de 200mtrs de barda perimetral, entre otros.

“Las bardas, los climas o los logros materiales no pueden compararse con la felicidad que se siente saber que de las cuatro (4) generaciones de maestros que han egresado de esta Escuela Normal, durante mi gestión, todos tienen plaza, todos están trabajando en su vocación, en escuelas federales y estatales. Eso es un logro del que me siento orgulloso de poder compartir. Porque un maestro con plaza, no es sólo un profesionista con empleo, es también una familia con sustento y son decenas de familias con educación. Esa es la realidad que estamos transformando por cada plaza que logramos para cada uno de nuestros maestros”, expresó el maestro Félix con entusiasmo.

El campo es el pasado y el presente de nuestro pueblo.

Sin embargo, es de comprender que todo ese compromiso con el futuro de los jóvenes  esté relacionado con su historia de vida. Descendiente de un comerciante y de una campesina,  Félix ha sabido valorar desde temprana edad el trabajo del campo, cuestión que sabe reconocer también en los padres de sus alumnos, quienes en su mayoría se dedican a esta noble labor.

 “Yo recuerdo que desde niño, mis padres con mucho sacrificio y con el sudor de su trabajo en el campo, lograron sacar adelante a todos mis hermanos y a mí, nos dieron estudios y un futuro. Eso es lo que yo valoro, respeto y admiro de los padres de mis alumnos en la Normal, la mayoría son campesinos ejidatarios como lo fueron mis papás, pero al igual que ellos, han sabido orientar a sus hijos para que tengan un mejor porvenir” reflexiona.

Y es que el origen de este compromiso con los campesinos, viene de familia, específicamente de su abuelo biológico Teódulo González y de su abuelo putativo Celso González (su tío, hermano de su madre), quienes lucharon fielmente por los derechos de los campesinos sobre la tenencia de las tierras que trabajaban, una lucha y un compromiso social que le valió a todos los campesinos del Ejido Plan de Ayala de Huehuetán la oportunidad de tener sus propias tierras y producirlas libremente y con justicia.

 Un Huehuetán Feliz es un Huehuetán comprometido.

Es precisamente a partir de ese compromiso familiar con su pueblo, que el maestro Félix heredó una singular empatía por las necesidades de Huehuetán, cuestión que dice se ve reforzada por su trabajo como maestro desde hace ya cuarenta y dos (42) años y como director de la Normal, desde hace seis, ya que el estar en contacto todos los días con sus alumnos, las nuevas generaciones, implica una gran oportunidad de ver a través de ellos la actual realidad de un Huehuetán que ha cambiado y más importante aún, un Huehuetán que necesita cambiar.

“Yo viví mi niñez y mi juventud en condiciones distintas a las de mis hijos. Como padres y ahora como ciudadanos, debemos darle a la sociedad aquello que nosotros no tuvimos”, señala mientras nos muestra orgulloso las fotografías de algunos de sus alumnos ya egresados de la Escuela Normal.

“En mis tiempos no había dónde estudiar, teníamos que irnos a Tapachula, salir del estado, si queríamos tener una licenciatura. Hoy en día, ya Huehuetán cuenta con algunas carreras para los jóvenes egresados de la preparatoria, pero el campo de trabajo muchas veces es insuficiente para abarcar toda la demanda. Huehuetán está creciendo en número y necesita de líderes que piensen en hacerlo crecer en calidad, no sólo en cantidad”, expresó con firmeza, a la vez que se refería las necesidades que hoy en día padecen los huehuetecos y que deben ser consideradas una prioridad en su pueblo.

“Un ejemplo de algo que necesita con urgencia Huehuetán, es un Hospital Regional. Mi hermano sufrió un infarto hace unos meses y en la familia decíamos ‘gracias a Dios que le dio el infarto en Tapachula’, porque allí sí hay médicos y sobretodo equipos para atender ese tipo de emergencias. No le deseo esa situación a nadie, pero seguramente más de un huehueteco ha padecido lo que implica estar enfermo o llevar a un familiar grave por la carretera hasta Tapachula para que sea debidamente atendido”, agregó el maestro, quien asegura, se siente consternado por las necesidades que vive el pueblo que le vio nacer y crecer, el mismo lugar donde asegura le gustaría descansar en paz.

Del maestro Félix al Servidor Público.

Es por esa sensibilidad hacia los Huehuetecos  y esa vocación al servicio que desde temprana edad Félix se ha interesado por los asuntos públicos, desde su  experiencia de 30 años como sindicalista, hasta el trabajo político que tuvo oportunidad de realizar durante su gestión como Presidente Municipal interino.

“He trabajado en política sin ser político. Siempre me ha gustado la labor de la gestión, sentirme útil para la gente, saber que puede estar en mis manos la solución a los problemas que vivo y que vivimos todos a diario en nuestro Huehuetán, pero no como líder de partido ni desde la mera militancia, sino de mano a mano con el pueblo, trabajando desde abajo. Así fue como llegué a ocupar la Presidencia Municipal, en una coyuntura de conflicto entre dos partidos, el PRD y el PRI, fui convocado para establecer diálogo y asumir la responsabilidad de la gestión en ese período. Fue un gran reto, pero asimismo una gran experiencia, saber que ambos partidos depositaron su confianza en mí y que el pueblo respondió también con la misma entrega con la que yo asumí esa gran responsabilidad”, confiesa.

De esa manera y a través de su experiencia de vida, el popular Maestro Félix también ha ocupado un lugar  en la historia de  Huehuetán, tanto en su gestión como edil municipal, como en sus más de 40 años de servicio dedicados a forjar el futuro y procurar el bienestar de cientos de alumnos y familias huehuetecas que han pasado por sus aulas, vivencias todas que forman parte de Félix Enrique Juan González pero también de largos años de entrega y trabajo para su pueblo, en definitiva, una gestión de puertas abiertas.