El turismo es el FUTURO: Juan Carlos Orellana

"Mi vida ha sido siempre el servicio y el turismo y es justo allí donde veo una gran oportunidad para Tuxtla Chico", lo dijo: JUAN CARLOS ORELLANA

Toboganes, albercas y diversión son las ideas que nos vienen a la mente cuando pensamos en Yolonam, el único parque acuático en su especie en el Estado de Chiapas. No obstante hay mucho que descubrir sobre lo que este parque y su propietario han aportado al desarrollo del Soconusco.

El personaje.

Juan Carlos Orellana nació un 24 de Junio de 1977, con apenas 37 años de edad este joven empresario también es ingeniero industrial titulado del Tecnológico Regional de Tapachula, actualmente funge como el 1er delegado de Turismo de Tuxtla Chico,  ha sido dos veces presidente de la Cámara de restauranteros en Tapachula, así como presidente y fundador de los restauranteros en Tuxtla Chico. Por último,  en este 2014, Orellana  cumple 18 años dedicándose al turismo y a la administración y servicio a través de su empresa, el reconocido parque acuático Yolonam.

El inicio de un sueño.

Entramos por un camino empedrado, al fondo se pueden ver los enormes toboganes de 13 metros de altura que resaltan entre los árboles. Allí nos recibe Juan Carlos. Estamos en Yolonam, el patrimonio de un sueño.

 “Yo soy empresario por herencia. Este negocio lo inicia mi padre y yo lo continúo”, así comienza a relatarnos el ingeniero mientras nos muestra algunas de las instalaciones.

Desde joven, ya se encontraba trabajando con su papá en el sueño de lo que hoy en día es Yolonam. En 1994, luego de la recesión económica sufrida en el país, el padre del ingeniero, tras cesar su trabajo con la constructora Tlalpan, invirtió el poco dinero que le quedaba en un par de albercas con una palapa. Fue ese el inicio de Yolonam, un 14 de septiembre de 1996: “Nunca nos habíamos dedicado a eso y tuvimos que aprender. Junto con mi hermano mayor, empezamos a meserear. Nadie creía en nosotros. Como familia comenzamos a apoyarnos, así que yo estudiaba en la universidad, en una escuela de gobierno, mientras  trabajaba mesereando con mi papá” (recuerda con nostalgia).

Así, este joven aprendió con la experiencia, el valor del dinero y la responsabilidad del trabajo de fines de semana, vacaciones y días festivos. Fue esa vivencia la que le permitió sentar las bases por lo que hoy es reconocido: la vocación al servicio.

Del servicio empresarial al servicio público.

Hoy en día el conocido empresario ha sido destacado por sus apariciones públicas como funcionario de gobierno y asimismo es recordado por su destacada participación como candidato a la gobernación municipal en la pasada contienda. Sobre este punto decidimos conversar un poco, conocer cuáles han sido las motivaciones que llevaron a este joven emprendedor a dedicarse a la vida pública, esto fue lo que nos comentó:

“Yo nunca antes me había dedicado a la política. Ésta es la primera vez que tengo un cargo público. Siempre me he dedicado a trabajar por el emprendimiento de mi patrimonio familiar, que es el parque acuático Yolonam. No obstante considero que lo que había hecho antes era una ´política empresarial´” subraya.

Gracias al trabajo de 18 años dedicado a la actividad turística con su empresa, lo cual le valió la invitación del exsenador Manuel Velasco Coello, hoy gobernador del estado de Chiapas, para que Orellana se desempeña como el primer delegado de turismo de la región surgido de Tuxtla Chico. Cuando le invitaron a participar en la política, Juan Carlos tuvo que enfrentarse ante un gran reto, jamás se había dedicado a eso, pero en el camino descubrió una razón para hacerlo: la política está emparentada con el servicio.

“Sé servir y de eso vivo. A eso me he dedicado la mitad de mi vida, esa es la enorme diferencia. Alguien que nunca ha servido dice ´yo llegaré a servir´, sin tener la noción ni la experiencia de lo que significa atender las necesidades del otro y buscar los modos de resolverlas a tiempo y con calidad. Eso es servicio”.

La chimenea sin humo: Tuxtla Chico “pueblo mágico”

“Si hemos aceptado la vida política es porque deseamos hacer grandes cambios. A lo mejor no podré cambiar el mundo ni toda mi ciudad, pero desde la trinchera donde yo estoy, puedo cambiar mi entorno. Mi vida ha sido siempre el servicio y el turismo y es justo allí donde veo una gran oportunidad para Tuxtla Chico.” Así nos comenta este joven político, con una visión clara del futuro que imagina para el pueblo que le vio crecer.

Actualmente son muchos los países que enteramente dependen de esta actividad para satisfacer sus necesidades internas. Este ingeniero industrial, en conocimiento del campo y como empresario, ha descubierto en el turismo un potencial grandísimo para el desarrollo de Tuxtla Chico. De acuerdo a las cifras oficiales que maneja la delegación de turismo, del 100% de los turistas que bajan en los cruceros de Puerto Chiapas, el 80% visita ese municipio.

Y es que Tuxtla Chico es considerado un diamante en bruto para la actividad turística, cuenta con la única zona arqueológica del Soconusco: la reconocida Izapa. Asimismo el pueblo mantiene sus tradiciones y costumbres, resaltando la fiesta de La Candelaria como un atractivo fundamental, con su colorido día de las alfombras de aserrín. La gastronomía es uno de los platos fuertes del municipio: el chocolate, el pan, los tamales y por último, los grupos artesanales que en su obra reflejan las características más típicas de la región como el toque de la chirimía.

Todo esto resulta en un beneficio para toda la gente que se dedica a la producción de esos rubros, a los artesanos, a los que viven alrededor de la zona arqueológica de Izapa, a los productores de cacao, a los chocolateros, panaderos, tricicleros, etc, ya que la población de turistas visitantes; consume, se traslada, compra, se hospeda y come en el municipio, esto hace que finalmente  el gobierno, procurando preservar las condiciones del lugar, tenga que invertir en infraestructura, transporte, servicios para hacer más atractiva la zona turística.

¿Por qué apostarle al turismo como motor del cambio?

“El turismo amplía la visión del mundo para los jóvenes e incentiva el aprendizaje de idiomas extranjeros”.

Los turistas que frecuentemente visitan la región vienen de Europa o Estados Unidos, esto permite el sano intercambio cultural y promueve el aprendizaje de otros idiomas, como el inglés, el cual es considerado actualmente una herramienta de éxito profesional y académico, ya que muchos jóvenes querrán entender y relacionarse con los visitantes extranjeros, así como también en los restaurantes será necesario para brindarles una mejor atención  y mejorar la calidad del servicio. Una muestra de ello, son las ciudades turísticas como San Cristóbal, donde los niños desde la escuela aprenden efectivamente el idioma inglés.

“El turismo fomenta el cuidado del medio ambiente y el respeto por las normas de convivencia”.

Cuando una ciudad tiene como pilar la actividad turística, comenta Orellana, es fundamental cuidar el aspecto, la infraestructura y los servicios de que esta ciudad dispone. Desde la basura que no debe tirarse en la calle, hasta el mejoramiento de los servicios de atención al público, señalamientos viales y sistemas de seguridad. Por tanto el gobierno buscará garantizar estas mejoras para la población y en consecuencia para sus habitantes, con el fin de mejorar la calidad turística del lugar, así como la imagen de nuestras casas, de nuestras calles y de nuestra ciudad. “Un claro ejemplo es La Ruta del Banano en Ciudad Hidalgo, - comenta Juan Carlos- un ejido muestra de limpieza, de administración, de calidad, donde llegan muchos turistas y encuentran una estancia placentera, siendo esto un logro de la gente misma que se ha dado cuenta de los beneficios que tiene cuidar el entorno para mantener el turismo. Ese es el sueño con México, con Chiapas, con el Soconusco. Este es el sueño que tengo para Tuxtla Chico”.