A modo de esquela.

Rubén Darío Juan Torres Campeón de Tiro Con Arco (Q.E.P.D)

Por/Ameht Rivera.

En lo que va del mes en Cacahoatán se rumoreaba sobre un trágico accidente que un joven originario de este pueblo tuvo en el D.F., (lugar en que cursaba sus estudios en la Facultad de Derecho de la UNAM) en líneas generales esa era la escasa información que circulaba en la plática de los taxistas, las comadres del mercado, los tricicleros, llegando a conmocionar en tan alto grado la noticia que también tuvo su repercusión en las redes sociales como Facebook y Twitter. 

El accidente aconteció (según fuentes cercanas) en la ciudad de México el 23 de octubre en las primeras horas del día mientras Rubén Darío Juan Torres circulaba a bordo de una motocicleta. Acto seguido fue ingresado a urgencias en el hospital Siglo XXI. Durante los próximos días estuvo en terapia intensiva luchando por sobreponerse a los estragos que en su cuerpo dejó el accidente, además de varias complicaciones derivadas de éstos. 

Durante ese tiempo se creó un grupo: Ayudemos a Rubén Darío Juan Torres en que amigos y familiares se mantenían informados de el estado de salud de Rubén, además de que incentaban las oraciones colectivas en su favor y la donación de sangre, llegando a ser con todo esto Tending Topics en las conversaciones y estados de Facebook en Cacahoatán.

No sabemos más que el resto del pueblo a cerca de la vida personal de este joven, quien por desgracia después de arduos días de hospitalización posterior al accidente su extenuado cuerpo cedió y expiró durante las primeras horas del día lunes 7 de noviembre, sabemos que fue un joven deportista que gustaban del patinaje y practicaba también el Tiro con Arco; disciplina donde logró obtener el primer lugar en la Categoría Novatos 20 mtrs., en un concurso organizado por la Asociación de Tiro Con Arco de la UNAM. 

Cacahoatán es un pueblo solidario, un cuerpo formado por todos los (vivos y muertos -porque de los muertos recibimos nuestra herencia cultural y terrena) que lo habitamos y como tal se duele cuando se le amputa uno de sus miembros, máxime siendo, como en este caso que nos ocupa, un miembro joven, vigoroso y con altura de miras. Nadie jamás sabrá explicarnos porqué el dolor, porqué la tristeza, porqué la muerte, ¿porqué!, inútil preguntarse. 

Pero al lado de estas terribles cosas hay otras como el amor que trascienden incluso la muerte. Y eso es lo que nos queda, lo recuerdos: una grata sonrisa, una palabra de aliento, un abrazo en el mes de julio..., por eso digo: no somos lo que pensamos, somos lo que recordamos. Y tomando como cierta esa premisa Rubén ya no será más en su cuerpo, pero será siempre en sus amigos y familiares, es decir en los recuerdos que de él atesoren, y entonces vivirá disperso entre quienes lo aman. 

Hoy en por la mañana fue el entierro. Vaya desde esta redacción un abrazo sentido y fraterno para quienes han padecido este deceso. Familiares y amigos de Rubén Darío, quien por cierto ostentaba el mismo nombre del Poeta nicaragüense introductor del modernismo en América, a quién Antonio Machado dedicó este poema a modo de epitafio en el día de su muerte con que cierro esta breve nota:

A la muerte de Rubén Darío

autor: Antonio Machado, 1916.

Si era toda en tu verso la armonía del mundo, 
¿dónde fuiste, Darío, la armonía a buscar? 
Jardinero de Hesperia, ruiseñor de los mares, 
corazón asombrado de la música astral, 

¿te ha llevado Dionysos de su mano al infierno 
y con las nuevas rosas triunfantes volverás? 
¿Te han herido buscando la soñada Florida, 
la fuente de la eterna juventud, capitán? 

Que en esta lengua madre la clara historia quede; 
corazones de todas las Españas, llorad. 
Rubén Darío ha muerto en sus tierras de Oro, 
esta nueva nos vino atravesando el mar. 

Pongamos, españoles, en un severo mármol, 
su nombre, flauta y lira, y una inscripción no más: 
Nadie esta lira pulse, si no es el mismo Apolo, 
nadie esta flauta suene, si no es el mismo Pan.