¡En Cacahoatán unos con la pena y otros a la pepena! (Polígrafo político)

“…Un día, los enanos se rebelarán (…) todos los hombres de corazón diminuto, armados con palos y con hoces, asaltarán al único gigante, con sus pequeños rencores, con su bilis, con su rabia de enanos afeitados y miopes…” Joaquín Sabina

No cabe duda que cuando la gente es abusiva aunque le llenen de bendiciones siguen siendo indecentes. Tuve la penosa necesidad de sentarme a escribir esto, fíjese amable lector, que luego de que el sismo del pasado lunes afectara a 38 municipios de Chiapas, la Cruz Roja Mexicana destinó 75 toneladas de viveres.

Pero, como en todo, hay gente cínica y desvergonzada, que abusa del dolor ajeno, que pierden la decencia con la tragedia impropia. Y como soplillos se amontonaron en las avenidas del estadio Morelos, en Cacahoatán.

Allí, sin rubor alguno, podía usted ver como gente que no sufrió los embates del sismo, salían con cajas de viveres, mientras en las comunidades serranas, donde la penumbra y la zozobra abrumaban a cientos de familia, que  perdieron todo tras el gruñir de la madre tierra, la carestía era la carta de presentación.

De veras que hay unos que no tienen perdón de Dios, porque no conocen los límites de su cinismo y ni se ruborizan cuando hacen el ridículo pensando que son muy vivos y no dejan ver otra cosa que su desfachatez, el cobre con que están hechos y su avidez cual carroña y rapiña.

Sin embargo, alguien escribió en mi muro, tras mi denuncia “Pobre de aquél que sin necesitarlo se hizo cómplice y recibió la ayuda, su condena será la escasez cuando llegue el momento en que de verdad le sea necesario. Maldito de aquél que se atraviese con el fin de que la bendición no le sea llegada a su hermano en desgracia” sobrada razón.

¿Dónde andaban los evaluadores? ¿Los verificadores? ¿Las autoridades? Pues yo creo que andaban tragando camote o pensando en la inmortalidad del cangrejo. Porque en los momentos de ponerse las pilas, como acostumbran los burócratas huevones, les da por enfermarse, o por jugarle al tío lolo.

Ya solo falta que los mismos gandallas de siempre, desvíen o se estén llevando hasta los cobertores y colchonetas que deben ser entregados a los damnificados por el sismo. ¡Es que en tiempos de desgracia, a Rio revuelto ganancia de pescadores!

Y hablando de chuchos, entremos en caninos detalles, resulta que ahí mismo en la Villa de las Hortensias, la cosa se pone color de hormiga, pues la perrada, ya andan en plena polaca, y su calentura es mucha, al grado que representan un problema de salud pública, al abusar del dolor y la desgracia.

Lo mismo le juegan a salir en las fotos, a entregar un kilo de frijol, solo para vender la idea que son gente de buen corazón ¡Que burros! ¡Sinvergüenzas! Los hay de todo, supuestos funcionarios de chiripa que tienen otras aspiraciones, que jamás han visitado a su pueblo, pero que en estos tiempos, se muestran como samaritanos de la hipocresía. Lo bueno, es que la gente ya no es tonta.

Pero ni las formas ni los tiempos ni la experiencia, es más, ni las fachas,  cuidan. Pareciera que su único afán es ganar adeptos, mostrarse como fraternos, a sabiendas que no son otra cosa que enanos de yeso y aves de carroña, amarretas, y trácalas que tienen en su maratón político, historias de arrabal y prevaricación bien organizada. 

En estos tiempos de desgracia, la gente que de verdad quiere apoyar, no le anda jugando al fotogénico. Lo que debe de verdad importar es ayudar y solidarizarse con nuestros hermanos. No que les importa más sus ambiciones personales que el bienestar de la sociedad.

Por eso estamos como estamos, porque en Chiapas pululan políticos lerdos en casi todos los municipios. Jugando siempre el papel de ratones de bibliotecas o de alcantarillas.

Recomendación, si es usted un verdadero político ayude a la gente, sin andar jugándole al artista. Porque aquellos que regalan una despensa y se andan fotografiando, caen en la ridiculez y dan asco.

·       ¡Va pa´ dentro, que están torteando! ¡El CONTA!

Ahí mismo en Cacahoatán, la broza política, los cavernarios, los llaneros, los del muladar no están nada contentos, luego de que el edil Uriel Isaí Pérez Mérida anunció su programa alimenticio “Mis tortillas por el Conta”.

Y es que resulta que el alcalde de Cacahoatán, destinó un recurso del erario público, para apoyar en la primera fase, a 600 familias con un programa alimentario, que consiste en entregar kilos de tortillas.

La percha de buen político y funcionario, la tiene el “Conta”, desde su arribo a la alcaldía lo mismo invierte en salud, en seguridad, en educación que en la juventud.

Hoy, con el anuncio de este programa, levantó ámpula y los comentarios vierten a cantaros en las redes sociales, que si es similar al “Tortibono” que si es programa piloto, que si es anzuelo electoral. Ya sabe, levantó polvo, la estrategia del alcalde. Lo cierto, es que las familias vulnerables deben ser las más beneficiadas.

Este programa otorgara vales cada 10 de cada mes, para que las familias beneficiadas puedan canjearlas en las tortillerías, que decidieron sumarse a este proyecto alimenticio.

Dice el Conta, que en su primera fase se afiliaron 600 familias, sin embargo se prevé que en un lapso corto, se logre extender el padrón y se incluyan 400 familias más.

Bien por el alcalde, que va con TOKIO, tranzando su camino…

PD1.- ¿Dónde está el diputado local del XXlV distrito electoral? Que se active la alerta Amber. ¿Ontará pues? ¿Se lo habrá tragado la tierra? ¿Habrá perdido el camino y se ha perdido en el bosque? ¡Ah, burro, ni que fuera la china del bosque de la canción de Cepillín! Si alguien lo ve, dígale que Talquián es ejido de Unión Juárez y por extensión, pertenece a su distrito. ¡Que mi gente lo quiere saludar!

PD2.- Al microscópico diputadillo federal, ese tajito de gente llamado Hugo Pérez Anzueto, lo que necesita es un apretoncito de coyoles, ni que se aparezca por Guatimoc o Talquián, porque lo van hacer leña.  ¡Vaya tronco de legislador! ¿Sabrá que sus gobernados, sufrieron los embates de un sismo de 6.9 grados?

¿Quién dijo que tengo sed?