El primer automóvil en Tuxtla Gutiérrez.

Autor: EnSUMA »11:27:00 p.m. »Sin comentarios
Primer Automóvil en Tuxtla.

-   A su llegada, la mañana del 16 de febrero de 1910, los curiosos tuxtlecos se arremolinaban alrededor del raro artefacto, al tiempo que se preguntaban ¿dónde y cómo podrían estar escondidos los 22 caballos que lo impulsaban?.

Daniel Pérez Aguilar.
Tuxtla Gutiérrez.

Miles y miles de automóviles circulan a diario por las calles, avenidas, bulevares, puentes y libramientos de Tuxtla Gutiérrez, pero alguna vez nos hemos preguntado ¿cómo fue el inicio de la modernización de la comunicación automovilística en Chiapas? Y ¿cuándo y para que fines llegó el primer coche a Tuxtla Gutiérrez?.
Gracias al invaluable trabajo de los cronistas y al Archivo General Histórico del Estado, se cuenta con un registro exacto del histórico hecho y datos precisos de cuando una mañana del 16 de febrero de 1910, los curiosos tuxtlecos se arremolinaban alrededor del raro artefacto que únicamente habían visto en las películas, al tiempo que se preguntaban ¿dónde y cómo podrían estar escondidos los 22 caballos que lo impulsaban?.


Cita al respecto, el doctor Fernán Pavía Farrera, integrante del Consejo de la Crónica de Chiapas, en su libro “Transformación del centro histórico de Tuxtla Gutiérrez”: La noticia de que pronto llegaría el primer automóvil a Chiapas causó inquietud por tan extraordinario suceso; porque si bien la población ya estaba acostumbrada al ruidoso paso de algunos carruajes tirados por caballos, por la línea telegráfica se había informado sobre la temprana salida desde la estación Jalisco, del novedoso vehículo considerado como auto-móvil, porque mediante poco usuales combustibles generaba su propio movimiento de traslación, sin dejar más deshechos que un poco de humo y ocasionales explosiones.

El más próximo seguimiento telegráfico se trasmitió desde Ocozocoautla. No obstante el quemante sol del medio día, la Calle Real Poniente enseñaba las banquetas llenas de entusiasta gente, ansiosa de conocer el raro trasporte que asomaba ya por la Cruz Blanca, con el capote arremangado, dos grandes focos delanteros y cuatro ruedas neumáticas de hule: un espectáculo jamás imaginado.

Aunque ya se tenían vagas noticias de estos auto-móviles cuando aparecían ocasionalmente en las películas que había proyectado la empresa Adams-Sanabria en 1908, los curiosos se preguntaban dónde y cómo podrían estar escondidos los 22 caballos que lo impulsaban.

En el asiento delantero del vehículo marca White, agarrando firmemente el “manubrio”, venía el esbelto chauffeur Workinson y como ayudante Alfredo Serratos; en el asiento trasero los pasajeros don Ramón Rabasa, gobernador del Estado, don Ciro Farrera Castillo y su hijo el joven tenedor de libros Fernando Farrera. Después de sacudirse el polvo y contentos por haber superado exitosamente la aventura, recibieron incontables felicitaciones de familiares, amigos y pueblo en general. 

En lo futuro se abriría un brillante porvenir para el transporte de pasajeros y carga, ya que el puente colgante Porfirio Díaz, inaugurado en 1908, daba libre paso sobre el caudaloso río Grijalva, que geográfica, política, cultural y comercialmente, había sido hasta entonces, causa de división para el Estado. 

El primer coche y sus rutas de transporte en Chiapas.

En el Ateneo, capítulo “La ruta del hombre” se habla acerca de la aparición y desarrollo del automóvil por tierras chiapanecas, donde reproduce el dicho del Dr. Frank, “si algún invento humano ha tenido influencia decisiva sobre los destinos sociales, políticos y económicos de la humanidad, ese invento es el automóvil”.

En esta publicación relata como después de haber recorrido en seis horas el trayecto de Arriaga a Tuxtla Gutiérrez, el primer carro marca White de 22 caballos de fuerza, fue -pocos días después- adquirido por los señores Ernesto E. Gutiérrez, Lic. Carlos M. Castañón y Ariosto Cano, en  seis mil pesos y fundaron la primera empresa de transportes entre Arriaga y Tuxtla Gutiérrez, dándole a conocer en San Cristóbal y Comitán.

Y de allí, el despegue de las consecuentes empresas de transporte chiapanecas: El 21 de abril del mismo año, los señores Enrique Barroso, Luis Peña y Emiliano González, introdujeron el segundo White, para la ruta Tuxtla Gutiérrez – Comitán. En 1913, dos autocamiones marca Delhave para servicio de correos, pasaje y Express entre Chiapa y Arriaga.

Muchos fueron los hombres de acción que aportaron capital y energía tratando de conquistar el mal camino para lograr la comunicación del centro del estado con la estación de Arriaga; dejando atrás a la vieja carreta.

UN DÍA EN TUXTLA. 1910.

En su trabajo editorial, Fernán Pavía Farrera, ha aportado grandiosas anécdotas y hechos de la vida real, que ahora nos parecen sorprendentes hazañas, he aquí una muestra de ello: En el mes de abril de 1910, familias de Motozintla, Comitán, San Cristóbal, Chiapa y Tuxtla organizaron un viaje en carretas, para llegar a las playas de Puerto Arista y deleitarse con la contemplación del cometa Haley en todo su esplendor. De su corta estancia en Tuxtla, ha quedado una sencilla crónica recogida de testimonio oral. 

El primer auto-motor había llegado a Tuxtla, procedente de Jalisco donde lo bajaron del tren, el 16 de febrero. Cuando don Ramón Rabasa gobernador de Chiapas, se hubo enterado de los propósitos del viaje, les deseó parabienes y lamentó no poder acompañarlos, porque estaba esperando la llegada de un segundo auto-motor comprado por los licenciados Enrique Barroso, Luís Peña y Emiliano Rosales, para establecer la ruta de pasajeros Tuxtla-Comitán.

Además les dijo que el primer novedoso auto-motor de explosión que gastaba gasolina blanca, lo había trasladado cómodamente desde la Estación Jalisco en el increíble tiempo de seis horas, el 16 de febrero pasado. Así, Chiapas entraría ya a los tiempos modernos del auto transporte para pasajeros, al mismo nivel de adelanto que las grandes capitales en el mundo. 

Aunque les invitó para conocer al siguiente día, los interiores del nuevo Palacio de Gobierno, donde las comideras del mercado les sirvieron sustancioso desayuno consistente en huevos revueltos con tomate y cebolla, plátanos fritos, frijoles refritos, queso y mantequilla fresca, sin faltar tortilla del comal, totopostes tostados, café y chocolate en leche; por la noche les ofrecería una serenata de gala, cohetería, música de banda, profusa iluminación con luz incandescente y un castillo de tres cuerpos confeccionado por los afamados pirotécnicos de Chiapa.

Luego de esas y otras complacencias, a la mañana siguiente los viajeros se despidieron de Tuxtla para continuar hacia su destino, las playas de Puerto Arista.

 * Un agradecimiento muy especial al doctor Fernán Pavía Farrera, cronista chiapaneco; por su valiosa ayuda para la realización de este artículo informativo.
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