POR LA LIBRE: 4 ventajas de las candidaturas independientes en México 2018
Autor: EnSUMA »9:01:00 p.m. »5 Comentarios
Se enciende en México como luz en el horizonte la marcada tendencia del fenómeno de los “independientes”, un amanecer de individuos que buscan – en apariencia por sí solos – alcanzar un lugar representativo en la contienda electoral. Y es que luego de los exitosos y conocidos casos del Bronco y Kumamoto los ánimos se izaron a favor de la bandera blanca, esa que representa al líder sin partido, el proyecto independiente que en 2018 se espera "haga la diferencia"
Bajo esa premisa –no siempre
ingenua– del candidato independiente y exitoso, comenzó a erigirse el mito, la
creencia que sostiene que basta con ser independiente para lograr la ventaja, de
ahí que muchos colorados, verduscos y hasta morados intentasen buscar en la
bandera incolora su tabla de salvación; sin embargo, como todo mito, valdrá la
pena arrancarlo del pedestal y verle de frente, para develar el misterio tras
de sí y comprender a la luz de las características propias de los independientes
cuáles son los factores que están generando un nuevo enfoque en el quehacer
político de México:
Independiente
Vs Ciudadano
Cuando hablamos de candidatos independientes nos remitimos a una figura legalmente establecida, pero que, políticamente adquiere una doble dimensión: asistimos al jardín de los senderos que se bifurcan entre independientes y ciudadanos.
La
Reforma Política en México introdujo un nuevo actor en la contienda electoral
(o legitimó a los actores de siempre con los modelos de ahora) tal como lo expone el inciso 3 del artículo 7
de la LEGIPE cuando señala: “Es derecho de los ciudadanos ser votado para todos
los puestos de elección popular, teniendo las calidades que establece la ley de
la materia y solicitar su registro de manera independiente(…)”, abriendo paso a
la figura que lleva su nombre: candidato independiente, un ciudadano que acude
al juego sin uniforme, pero con las mismas reglas y oportunidades por ley, una
postura atractiva para los que desean abanderar la idea contra-sistema del
cambio.
Sin embargo, ¿hasta qué punto son
independientes los independientes?
Si
bien la figura ‘candidato independiente’ puede ser aplicada a “todo ciudadano
que obtenga por parte de la autoridad electoral el acuerdo de registro (…)”, no
debemos confundirlos con candidatos ciudadanos, muy a pesar la reiteración que se hace de esta
palabra en la definición.
La
razón que conduce a la falsa deducción ocurre al considerarse sinónimos o
pares tanto al ciudadano como al
independiente, por lo que se cree ingenuamente que éstos últimos no tienen
pasado político ni filiaciones partidistas y que por tanto emergen de la
ciudadanía con el ímpetu de quien emprende por primera vez un proyecto: con
ánimos y sin recursos.
Sin
embargo, vale la pena recordar que la
figura ‘independiente’ sólo es aplicable al contexto de una elección
específica, es decir, al proceso actual donde podrá ser elegido el candidato,
sin importar cuántas veces haya participado antes en otros comicios o
representado cargos públicos a través de un partido, como ocurrió con El Bronco
en Nuevo León, que tras militar más de 23 años en el partido tradicional PRI y
haber ocupado diferentes cargos públicos de elección popular como presidente
municipal, diputado local y diputado federal, renunció a su partido tan sólo 2
meses antes de la campaña y emprendió la candidatura independiente que le llevó
a ocupar la silla grande de la gobernación.
Mientras
que, contrario a esto, un candidato
ciudadano se diferencia de uno político,
en la ausencia de afiliación partidista previa, es decir, al no haber
pertenecido a algún partido o representado algún cargo público en su nombre. Es
clara ahora la distinción entre el caso Bronco y Kumamoto (diputado local de
Jalisco); ambos independientes, pero sólo éste último, ciudadano.
Considerando lo anterior, la pregunta inicial ya puede ser respondida,
¿cuáles son los factores que aventajan al candidato independientes en la
contienda? Los resumiremos en 4, no porque sean los únicos, pero sí los menos
obvios y los más determinantes: 1) La doble ventaja en la idea de cambio.
“Cuando hay santos nuevos los viejos ya no hacen milagros”, sentencian las abuelas, a modo de recordarnos que la novedad suele percibirse como preferencia. Así actúa el pensamiento colectivo y silogístico de quienes ven en los independientes la idea del cambio, una propuesta diferente y por tanto renovada de la política, ¿pero hasta qué punto el ser independiente es garantía transformación?
No hay punto ni medida. Y esa es
justamente la causa de que se eleven las expectativas al considerar a los
proyectos independientes en un terreno más amplio de lo posible, por no
sujetarse a las amarras ideológicas ni a la postura partidista que han forjado
la tradición y la costumbre. Es ahí cuando el independiente ve al horizonte con
ojos de explorador, considerando las múltiples opciones disponibles para
abordar los diferentes temas de la agenda pública, sin necesidad de seguir el
mapa trazado por una ‘declaración de principios’ o por los líderes que ‘el
partido’ ha nombrado para supervisar y domesticar la campaña, como sí deben
hacerlo los candidatos tradicionales.
Es justo allí donde el escenario
se bifurca ante dos posibilidades: la idea de cambio y la idea de continuidad,
posiciones que definirán el cauce de la contienda y movilizarán la preferencia
electoral. En un escenario donde cierto partido conduce las riendas del poder,
la idea de cambio es abanderada por la oposición al partido de gobierno. Sin
embargo, en el escenario México 2018, donde sobresale el factor
‘independiente’, no se puede hablar de ‘oposición al partido’ exclusivamente,
sino más bien de una ‘oposición al sistema’, especialmente al sistema al bipartidista
(PRI-PAN) que ha regido largos años de la vida democrática de México, donde,
por contradictorio que parezca participan otros partidos, los creados para
sostener a los 2 hegemónicos. [1]
Siguiendo esta premisa, podría
considerarse entonces como opción de cambio a cualquier partido que se oponga a
los hegemónicos, sin embargo, contrario a la elección México 2012, hoy se
incorpora una alternativa que además de oponerse al sistema, tampoco es un
partido: los independientes; y es ahí donde radica la doble ventaja: oposición
al régimen y renovación en un nuevo modelo de representación política diferente
al del partido político, siendo ésta la más visible diferencia entre propuestas
contrasistema (como MORENA, o Movimiento Ciudadano) y las candidaturas
independientes.
Es por ello que los
independientes en este contexto abanderan la idea de cambio en la contienda, no
necesariamente por sus propuestas, no por sus candidatos, ni por sus
inclinaciones ideológicas, sino por la exclusiva razón de presentarse como
alternativa al sistema de partidos imperante en un doble sentido.
2) ¡Adiós ideología!
En medio del ruido generado por el fenómeno independiente se trasluce un cambio silencioso pero sustancial: el desplazamiento de la ideología como intención de voto.
Esencialmente todo partido
político como agremiación está basado en principios comunes, un conjunto de
postulados, creencias e ideas totalizantes que orientan la toma de decisiones y
las posturas del grupo, lo que se conoce como ‘declaración de principios’,
y que podemos llamar ‘ideología
política’. La ‘razón común’ y
tradicional que influye en que alguien se adhiera y milite en un partido
normalmente se basa en que coincide con sus ideales y visión política del
mundo, misma que podemos clasificar en doctrinas ideológicas como la izquierda
comunista, la izquierda socialista, la socialdemocracia, la república
nacionalista, el liberalismo político, así como la conocida dicotomía
izquierda-derecha, entre algunas otras.
La gran diferencia y ,en este
contexto, la ventaja comparativa de los
independientes respecto a los partidos, es justamente esta, la ausencia de una
ideología única y rectora, por lo que, cualquiera que coincida con el candidato
por las características de su persona, por sus propuestas o por alguna razón
motivacional diferente, puede unirse, aún si no corresponde la creencia
ideológica, lo que le da un margen de captación de simpatizantes y votantes
mucho mayor al de los partidos, en un mundo como el actual donde las
tecnologías de información han impulsado el cuestionamiento y debate de los
sistemas de creencias tradicionales, dando lugar a más opciones y combinaciones
de preferencias fuera del marco convencional. Un ejemplo claro de lo que ocurre
con los partidos frente a este modelo es el partido MORENA, cuyos militantes y
simpatizantes coinciden en una ideología de izquierda, siendo el eje rector de
sus propuestas y posturas, desmotivando la integración de personas con ideologías
contrarias, al ser el elemento de identidad para pertenecer al grupo.
3) Los medios también importan
En Comunicación Política electoral no se puede jugar al teléfono descompuesto. Por eso siempre un mensaje directo será más creíble que uno reproducido.
Y así como ocurre con la ideología
o la idea de cambio, ocurre también con el uso de los medios y canales de
comunicación, un tema que vale la pena revisar por aparte, especialmente en un
caso-país como México, donde los medios tradicionales de comunicación tienden a
movilizar las preferencias electorales en beneficio del sistema, en contraste
con el contexto globalizado de las tecnologías de información y redes sociales,
lo que aumenta las opciones y las fuentes de información para los electores.
Asistimos a un cambio
trascendental en el modo de comunicarse políticamente, y desde el asiento
trasero, los partidos políticos en México intentan acomodar las antiguas y
confiables prácticas a las revolucionarias opciones que plantea el contexto
actual. Volvemos a bifurcar la cuestión, para evitar la eterna confusión entre
‘Opinión Pública’ y ‘Opinión Publicada’. Mientras la primera se refiere a la
percepción y posturas generalizadas que la ciudadanía tiene sobre los temas de
agenda pública (temas de interés), la segunda se refiere a los contenidos
publicados en los medios de comunicación tradicionales, es decir, la opinión
que algunos periodistas tienen sobre los temas de agenda y que no
necesariamente es compartida por los votantes.
En ese contexto, los partidos
políticos acostumbrados a usar los medios tradicionales como mecanismo de
difusión, monologan sus discursos, cerrando la puerta al debate y a la ‘escucha
activa’ de la ciudadanía; contrario a lo que ocurre en el terreno de las nuevas
tecnologías, donde el ciudadano se comporta como un contralor de lo público, y
son las redes el ágora donde se discuten los asuntos directamente entre ellos,
movilizando la opinión en un doble sentido, ida y vuelta, habla y escucha,
diálogo y no monólogo.
Es este el contexto aprovechado
por los independientes, especialmente por una razón: los medios de comunicación
tradicionales en México están también tradicionalmente monopolizados por el
sistema partidista, donde existen convenios, asociaciones e incluso relación
directa entre los dueños de los principales medios que controlan la
comunicación, y los políticos de los principales cargos que controlan el poder.
Es así como los medios de comunicación en México son el canal oficial del
sistema antes mencionado, y los medios no convencionales se convierten la
alternativa ante ese sistema, como lo son los independientes ante los
partidos.
Un buen ejemplo es el de Jaime
Rodríguez Calderón en su candidatura para gobernador de Nuevo León, donde éste rechazó
la opción de espacios en medios oficiales y manejó una comunicación abierta y
directa con la ciudadanía, aprovechando la cercanía de los electores en estos
espacios y la penetración que estas tecnologías tienen un estado modernizado
como Nuevo León, donde más del 75% de la población votante tiene acceso a
internet, teléfonos celulares y computadoras.
Siendo México una República
Federal descentralizada, la situación política, económica y social de cada
estado varía, por lo que existen entidades federativas como Chiapas, donde las
TIC’s no figuran entre las prioridades de la ciudadanía. Sin embargo, esto
plantea un reto para los candidatos independientes en esos contextos, donde
tendrán que optar por medios alternativos a los oficiales y con mayor
penetración para comunicar efectivamente a sus votantes.
4) Terreno
fértil para los indecisos
Se cree cada vez menos en los políticos y se espera cada vez más de ellos. Es ese el gran reto a superar por los independientes: obtener y ejercer el poder sin dejar de representar a la ciudadanía.
Frente a los cada vez más altos
índices de corrupción, las promesas
incumplidas y las prácticas desleales de los partidos, se ha producido una crisis
de legitimidad hacia los políticos tradicionales, donde los llamados ‘votos duros’ van en
picada, modificando el famoso “círculo rojo del votante”, objetivo ganador para
todos los candidatos.
Considerando ‘indeciso’ a todo
aquel que no ha tomado una decisión, los indecisos 2018 son quienes no han considerado
como opción de voto a los partidos tradicionales (siendo las únicas opciones
hasta ahora disponibles), un nicho de oportunidad para los llamados
independientes, quienes podrían ganar adhesión con prácticas innovadoras y una
imagen renovada de la política.
La etiqueta independiente
funciona como una marca, un concepto que al escucharlo remite al cambio y especialmente
a la diferencia, una alternativa al sistema y una opción para los inconformes e
indecisos. Sin embargo no todo es color de rosa, y la magnitud de una elección
legislativa y de los tres niveles de gobierno como ésta, requiere una
movilización mayor, incluso para los partidos que tradicionalmente han contado
con estructura y experiencia política. Es allí cuando, en la necesidad de
aumentar las ventajas comparativas frente a los partidos, los independientes
recurren la profesionalización de la
política, para reducir tiempos y aumentar el impacto; ha sido la historia del
“Bronco” y “Kumamoto”, así como la de muchos otros que hoy aspiran alcanzar y
ejercer el poder. Asistimos al auge de los independientes, sí, pero también al
de la mercadotecnia política, un tema que abordaré en el siguiente artículo.
Lic. Astrid Iturriaga Falcón
TW e Instagram: @AstridComPol
TW e Instagram: @AstridComPol
Politóloga y consultora
en comunicación aplicada
[1]
Aquí podrían considerarse los firmantes del pacto por México en 2012 como el
PRD y los creados para generar alianzas que sostengan al sistema partidista,
como el PVEM.
Excelente percepción
ResponderBorrarQué bueno que les haya gustado. Seguiremos compartiendo más contenidos de ala Consultores. ¡Un saludo amigo Carlos Alfonso!
Borrar¡Gracias Carlos! Es un fenómeno cada vez más recurrente en México y nos deja claro algo: ninguna campaña se construye de la noche a la mañana y todo trabajo político lleva tiempo. Es por eso que "independientes" no necesariamente es sinónimo de inexperto. En unos días lanzaré otro artículo haciendo alusión a eso, la diferencia entre candidatos ciudadanos y candidatos independientes. ¡Gracias por tu comentario! Saludos, amigo.
BorrarExcelente, una figura que cada vez toma mayor fuerza.
ResponderBorrarEs cierto, Lore. Lo que nos deja con la sensación de novedad al vacío, pues muchos quieren seguir el fenómeno independiente replicando las viejas prácticas políticas, o no saben cómo abordar los nuevos modelos de interacción y comunicación política y ciudadana. Hay mucho todavía por lo cual trabajar, así como un largo y apasionante camino por recorrer al respecto de este tema. ¡Gracias por tu comentario!.
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